The perfect game - El juego perfecto
De entrada, tradujeron bien el título. Qué bueno que no lo tradujeron con algo rebuscado como "Los teclados para computadoras Mac de color verde". En la película sí hay algunos errores de traducción como, por ejemplo, usar el término "Doyers" en lugar de "Dodgers" en referencia a un equipo de la Major League Baseball (MLB).
El cartel presenta a unos niños beisbolistas festejando en medio de un campo de béisbol. Esta es una película motivacional, por lo que sería genial que la vean muchas veces los jugadores de la selección nacional varonil mexicana de fútbol para ver si aprenden algo, máxime ahora que se les viene la noche en Sudáfrica 2010. jeje
No es cine de arte porque recurre a lugares comunes del cine hollywoodense en algunos detalles de la musicalización o en parte de la vestimenta de algunos personajes. Al estar ambientada a finales de los 50's en una ciudad mexicana norteña, Monterrey, me parece que el director pinta demasiado folclórica a la actriz secundaira (Patricia Manterola) quizá con el afán de vender mejor la película en al extranjero. Creo que los vestidos que lleva y las trenzas sí se usaron en México pero más en los pueblos pequeños y quizá en los 30's. Así, la actriz, más que parecer una mujer urbana, se parece más a "María Calendaria", otro personaje del cine mexicano.
Se percibe algo de antimexicanismo en ciertos personajes de la película, pues inicia cuando Cesar Paz, un beisbolista mexicano, tiene que regresar a México porque los equipos de la MLB casi no contratan mexicanos ni negros. También hay otras frases en la frontera:
-"recuerden que sólo van a jugar",
- "se regresan en 3 días".
¡No sé si así era el paso binacional en 1957! Parecería más bien uno de principios de siglo.
La película hace un guiño a la comunidad judía de Monterrey al hacer referencia a Sandy Coufax, un beisbolista yanqui de los Dodgers, de religión judía. En un país donde los católicos aún son mayoría, en una ciudad conservadora como Monterrey, esto es relevante y hace recordar cómo se levantó esta ciudad en medio del desierto.
Me hizo recordar muchas cosas. Cuando un niño juega con una pelota de béisbol de los Cardenales de St. Louis me acordé de los paseos al Estadio Azteca y al Estadio Olímpico de Ciudad universitaria en Cd. de México allá por los 80's con mi abuelo y otros parientes. Siempre era muy emocionante ver la llegada de los jugadores o esperar su salida para recibir la firma de un autógrafo y mostrarlo desde el siguiente lunes en la escuela. Eso sentí cuando el niño le muestra a sus amigos dicha pelota de béisbol. Fue algo muy bello.
La película representa bien los estereotipos machistas mexicanos. ¡Cuántas veces no escuché huevadas similares con mis tíos viejos, en las calles, en casas de otros niños!:
- Dile que se calle o lo callo a golpes.
- Que deje de cantar o se volverá una mujercita
- Juega como hombre, no como niñita
En el centro de México casi no se juega béisbol, el cual se practica más en el norte del país. También me acordé que cuando nos hartábamos de fut o estaban las finales del campeonato norteamericano (insisto en que no es un campeonato mundial ni una serie mundial), tendíamos a jugar béisbol, por lo que sabíamos jugarlo. La primera vez que fui al país más hermoso del planeta (Venezuela) me di cuenta que los niños no juegan futbol en las calles, sino beisbol. Es impresionante. En las calles de Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, etc. siempre había niños con bates y manoplas, a diferencia de los niños mexicanos que usan su mano como bate. Los niños venezolanos juegan con pelotas de beisbol verdaderas y no de esponja como los mexicanos. ¡vamos! Venezuela es beisbol. Este es el tipo de vivencias y recuerdos que hacen que la vida valga la pena.
César Paz ¿o Faz? (hay varios errores de traducción y de escucha) se convierte en el entrenador de este grupo de niños que practica en condiciones adversas y que nunca en su vida han visto un campo de beisbol verdadero, con pasto. Consiguen ingresar a un torneo en el sur de Texas y van a jugar. Ahí se representa la rivalidad entre Monterrey y la Cd. de México. Los "chilangos" o "defeños" llegan sobrados pero pierden ante los niños de Monterrey. También hay comentarios despectivos de los equipos gringos:
- ¿Jugaremos contra ellos o sólo los usaremos como fertilizante?
- ¿Cómo se dejaron ganar por esos mojados?
No importa, más temprano que tarde nuestros descendientes pasearán desde California hasta Texas sin que nadie los persiga. Ojalá tenga vida para verlo :) Quitaremos los letreros del Don't mess with Texas por unos que digan el mexicanísimo "¡estamos de vuelta, cabrones!".
Contra todo pronóstico, el equipo de Monterrey va avanzando y gana increíblemente la final. Esto fue muy difícil porque la mayoría de los equipos tenía un desarrollo físico evidentemente más avanzado en comparación con la de los niños de Monterrey. Esta película se basó en hechos dela vida verdadera.
Estamos a un mes de que 110 millones de personas aplaudan los 3 partidos de la selección de futbol, un equipo de futbolistas aburguesados. Estos niños PROLETARIOS, hijos de obreros de la industria siderúrgica de Monterrey, sí nos representaron con dignidad al llevar la bandera mexicana a lo más alto en una de las páginas más gloriosas del deporte nacional, con coraje y amor al deporte. Bien por haber rescatado esta épico momento paralelamente a la forja de una ciudad que fue cúspide de la modernidad mexicana en los 80's y que ahora está inmersa en la violencia.
Y sólo eran niños de 10 años. Esa actitud es la que forjó una ciudad como Monterrey y un país como México. Es una pena que hombres de treinta años, con experiencia en Europa, cuyo salario más bajo es de 20,000 euros al mes se arruguen en el mundial. Es una pena también que los directores mexicanos no hayan recordado esta victoria beisbolera y hayan tenido que ser estadounidenses quienes hicieron esta película. No importa, en agradecimiento, compartiremos desde California hasta Texas con aquellos estadounidenses que hayan sido tolerantes con los nuestros.
El director es William Dear. Si alguien sabe qué ha filmado, envíenme un correo-e, por favor.
¡Estamos de vuelta, cabrones!
2.5 palomitas de 5 posibles.
El cartel presenta a unos niños beisbolistas festejando en medio de un campo de béisbol. Esta es una película motivacional, por lo que sería genial que la vean muchas veces los jugadores de la selección nacional varonil mexicana de fútbol para ver si aprenden algo, máxime ahora que se les viene la noche en Sudáfrica 2010. jeje
No es cine de arte porque recurre a lugares comunes del cine hollywoodense en algunos detalles de la musicalización o en parte de la vestimenta de algunos personajes. Al estar ambientada a finales de los 50's en una ciudad mexicana norteña, Monterrey, me parece que el director pinta demasiado folclórica a la actriz secundaira (Patricia Manterola) quizá con el afán de vender mejor la película en al extranjero. Creo que los vestidos que lleva y las trenzas sí se usaron en México pero más en los pueblos pequeños y quizá en los 30's. Así, la actriz, más que parecer una mujer urbana, se parece más a "María Calendaria", otro personaje del cine mexicano.
Se percibe algo de antimexicanismo en ciertos personajes de la película, pues inicia cuando Cesar Paz, un beisbolista mexicano, tiene que regresar a México porque los equipos de la MLB casi no contratan mexicanos ni negros. También hay otras frases en la frontera:
-"recuerden que sólo van a jugar",
- "se regresan en 3 días".
¡No sé si así era el paso binacional en 1957! Parecería más bien uno de principios de siglo.
La película hace un guiño a la comunidad judía de Monterrey al hacer referencia a Sandy Coufax, un beisbolista yanqui de los Dodgers, de religión judía. En un país donde los católicos aún son mayoría, en una ciudad conservadora como Monterrey, esto es relevante y hace recordar cómo se levantó esta ciudad en medio del desierto.
Me hizo recordar muchas cosas. Cuando un niño juega con una pelota de béisbol de los Cardenales de St. Louis me acordé de los paseos al Estadio Azteca y al Estadio Olímpico de Ciudad universitaria en Cd. de México allá por los 80's con mi abuelo y otros parientes. Siempre era muy emocionante ver la llegada de los jugadores o esperar su salida para recibir la firma de un autógrafo y mostrarlo desde el siguiente lunes en la escuela. Eso sentí cuando el niño le muestra a sus amigos dicha pelota de béisbol. Fue algo muy bello.
La película representa bien los estereotipos machistas mexicanos. ¡Cuántas veces no escuché huevadas similares con mis tíos viejos, en las calles, en casas de otros niños!:
- Dile que se calle o lo callo a golpes.
- Que deje de cantar o se volverá una mujercita
- Juega como hombre, no como niñita
En el centro de México casi no se juega béisbol, el cual se practica más en el norte del país. También me acordé que cuando nos hartábamos de fut o estaban las finales del campeonato norteamericano (insisto en que no es un campeonato mundial ni una serie mundial), tendíamos a jugar béisbol, por lo que sabíamos jugarlo. La primera vez que fui al país más hermoso del planeta (Venezuela) me di cuenta que los niños no juegan futbol en las calles, sino beisbol. Es impresionante. En las calles de Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, etc. siempre había niños con bates y manoplas, a diferencia de los niños mexicanos que usan su mano como bate. Los niños venezolanos juegan con pelotas de beisbol verdaderas y no de esponja como los mexicanos. ¡vamos! Venezuela es beisbol. Este es el tipo de vivencias y recuerdos que hacen que la vida valga la pena.
César Paz ¿o Faz? (hay varios errores de traducción y de escucha) se convierte en el entrenador de este grupo de niños que practica en condiciones adversas y que nunca en su vida han visto un campo de beisbol verdadero, con pasto. Consiguen ingresar a un torneo en el sur de Texas y van a jugar. Ahí se representa la rivalidad entre Monterrey y la Cd. de México. Los "chilangos" o "defeños" llegan sobrados pero pierden ante los niños de Monterrey. También hay comentarios despectivos de los equipos gringos:
- ¿Jugaremos contra ellos o sólo los usaremos como fertilizante?
- ¿Cómo se dejaron ganar por esos mojados?
No importa, más temprano que tarde nuestros descendientes pasearán desde California hasta Texas sin que nadie los persiga. Ojalá tenga vida para verlo :) Quitaremos los letreros del Don't mess with Texas por unos que digan el mexicanísimo "¡estamos de vuelta, cabrones!".
Contra todo pronóstico, el equipo de Monterrey va avanzando y gana increíblemente la final. Esto fue muy difícil porque la mayoría de los equipos tenía un desarrollo físico evidentemente más avanzado en comparación con la de los niños de Monterrey. Esta película se basó en hechos dela vida verdadera.
Estamos a un mes de que 110 millones de personas aplaudan los 3 partidos de la selección de futbol, un equipo de futbolistas aburguesados. Estos niños PROLETARIOS, hijos de obreros de la industria siderúrgica de Monterrey, sí nos representaron con dignidad al llevar la bandera mexicana a lo más alto en una de las páginas más gloriosas del deporte nacional, con coraje y amor al deporte. Bien por haber rescatado esta épico momento paralelamente a la forja de una ciudad que fue cúspide de la modernidad mexicana en los 80's y que ahora está inmersa en la violencia.
Y sólo eran niños de 10 años. Esa actitud es la que forjó una ciudad como Monterrey y un país como México. Es una pena que hombres de treinta años, con experiencia en Europa, cuyo salario más bajo es de 20,000 euros al mes se arruguen en el mundial. Es una pena también que los directores mexicanos no hayan recordado esta victoria beisbolera y hayan tenido que ser estadounidenses quienes hicieron esta película. No importa, en agradecimiento, compartiremos desde California hasta Texas con aquellos estadounidenses que hayan sido tolerantes con los nuestros.
El director es William Dear. Si alguien sabe qué ha filmado, envíenme un correo-e, por favor.
¡Estamos de vuelta, cabrones!
2.5 palomitas de 5 posibles.
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