Hace rato tuve una plática con un niño que me vio como si fuese una deidad y, salvo mi madre, nadie podría generar tamaña idea. El niño sabe que soy traductor y trabajo con palabras. Al principio me sentí mal pero creo que salí bien librado finalmente. Él quería saber porque jitomate está bien escrita y gitomate no, pues suenan igual. Tenía esa duda porque en la escuela le dijeron que tenía que ser siempre con j . Y le dije que no pasaba nada, que yo a mi edad sigo teniendo esa lucha interna. Fue algo difícil porque estaba su madre a lado, pero tuve que decidir al sacrificar a uno de ellos y opté por la madre. Me acordé de aquella escena judía de liberen a Barrabás , representado por ella, solo que yo no lo liberé. Yo le dije que muchas veces en este mundo hay miles de personas que son conocidas como pendejos. Los pendejos son tan pendejos que suelen no argumentar las cosas, se imponen porque no tienen razón, tienen la fuerza. La mamá abrió los ojos, pero igual me daba pues era/es Bar
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