Tres besos

En tu mano,
en tu mejilla,
en tu frente.

En tus labios no,
y no por falta de voluntad
sino por el reflejo mismo
de la voluptuosidad
de este pagaré de erotismo.

Tus labios los tengo prohibidos
por ser un coto de poder a mí ajeno.
son el espacio de hojas inmarcesibles
de tardes de cafés y gemidos
Son máquinas del tiempo apetecibles
,
de tus contundentes alaridos.


Uno en tu mano,
como símbolo de admiración
a los jugos del verano.

Uno en tu mejilla,
para apersonarme ante tu aroma
y lamerte las costillas.

Uno en tu frente,
muelle de tus chakras,
nube y
labios al dente.


Tres besos
y mil tardes de embelesos
a blanco y negro
atormentados en el tiempo
de calor y el sentimiento.

Tres besos, de noche o de día
¿en tus labios?
cuando del tiempo me ría,
y quizá también,
de aquella profecía.

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