Elefante blanco

Cuando se destina mucho dinero para la construcción de una obra y esta queda inconclusa se define como "elefante blanco". Y es al costado de un hospital abandonado en Buenos Aires donde se desarrolla la película, en un sitio al que llegan a vivir muchas familias de pobres que se esfuerzan por mejorar sus condiciones de vida. 



Habiendo padecido de primera mano la represión en Centroamérica, los padres Julián (Ricardo Darín) y Nicolas (Jérémie Renier) llegan al barrio pobre a ayudar a resolver los diversos problemas del diario: pobreza, alimentación, hacinamiento, narcotráfico. Sin embargo, la intensidad de los mismos es tal que satura la capacidad de respuesta de los clérigos, que no tienen el tiempo ni los medios económicos para ayudar a la comunidad. 

Está muy apegada a la realidad latinoamericana, donde las bandas criminales hacen muy difícil la operación eficiente de las organizaciones humanitarias, ya que curar a una persona puede implicar molestar al jefe de un determinado sector barrial. Y es así, en la entrega a su labor cristiana como son asesinados Julián y Nicolas.

Le asigno 4.5 palomitas de 5 posibles a esta película del 2012 del director argentino Pablo Trapense porque es un homenaje a los sacerdotes que han elegido vivir con y para los pobres, muchas veces enfrentados a la directrices del catolicismo oficial. Benditos sean eternamente quienes siguen con acciones el mensaje de Cristo, el hijo de María.

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