The Messenger - El mensajero

Woody Harrelson y Ben Foster interpretan a Tony Stone y Will Montgomery, respectivamente. Como militares yanquis tienen la función de dar el pésame a los familiares de colegas caídos en combate.

Los pésames son deprimentes porque a continuación hay gritos, golpes, llantos, escupitajos en la cara del mensajero, reclamos, devastación, pero coño, ¿quién los obliga a hacer genocidios en otras partes del planeta? ¿Querían su cebollita pa'chillar, no? ¡Pos'ora aguanten la recia y vean cómo masca l'iguana!

La escena que más me gusta es cuando Will le da el pésame a los padres de un soldado muerto y, rompiendo el protocolo, establece un contacto corporal, tratando de humanizar la dura noticia.

Harrelson hace una estupenda actuación y salva la que sería una película de 1.5 palomita de 5 posibles. Uno no puede más que sentir desprecio por su personaje cuando dice "Bosnia era el prostíbulo más grande del mundo, era sexo todo el día. En cambio en Iraq no se puede, por culpa de sus religiones". Ilustra bien la actitud prepotente y patana del militarismo, del desprecio a otros pueblos y culturas.

Creo que se desaprovecha la oportunidad de profundizar en la herida social que ha impreso la guerra en la sociedad yanqui y se mete más en la sicología de Tony y Will. Acaso hay un chispazo de crítica social cuando Samantha (esposa de un soldado muerto) discute con dos reclutadores militares en el centro comercial.

El director es el israelí Oren Moverman, quien probablemente sea conocido por algunos de sus familiares. A la película le asigno unas 2 palomitas de 5 posibles y que diga que le fue bien.

Besos y abrazos al pueblo de Iraq y a todos los pueblos del mundo que luchan por sacudirse a esa plaga peor que el SIDA.

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