Kaze Tachinu - El viento se levanta
Jiro es un niño que vive en el Japón de los años 1920 y tiene el anhelo de volar y diseñar aviones. Es en sueños donde se ve haciendo cosas imposibles en la realidad, como caminar sobre el ala de un avión en pleno vuelo.
Ya como adulto se decide por la ingeniería y el desarrollo de prototipos que lo llevarán a conocer Alemania y la avanzada tecnología de este país europeo, los eventos bélicos mundiales de los años 30 y 40 del siglo pasado. Su carrera profesional le sirve para divulgar la calidad de los ingenieros japoneses a través de la aviación, misma que le ayuda a conocer a su prometida.
Siempre en constante aprendizaje de lo que hacía también en Italia el conde Giovanni Battista Caproni, Jiro es un recurso del director para homenajear a ese italiano pionero de la aviación, el cual aparece también varias veces en el filme. Si bien la personalidad de Jiro es tranquila, le es difícil abstraerse de la vorágine de la Segunda Guerra Mundial.
Jiro manifiesta una actitud que me agrada: creer en nosotros mismos. "Sólo si nos esforzamos podremos reducir la diferencia entre ellos (los alemanes) y nosotros, no serán 50 años los que no lleven de delantera, sino 10, luego 1". Y así fue, Japón es hoy un líder tecnológico tal vez adelante de Alemania. Todo esto no es una ficción, pues Jiro sí existió en la vida verdadera: fue el ingeniero aeronátuco Jiro Horikoshi, creador de muchos modelo de avión utilizados por el Japón imperial, cuya bandera aparece en el filme.
No todas las caricaturas japonesas son de seres mitológicos o robots. Las hay también basadas sobre seres humanos que narran eventos históricos.
Le asigno 4 palomitas de 5 posibles a esta película del 2013 del director japonés Hayao Miyazaki, uno de los fundadores del Studio Ghibli.
Ya como adulto se decide por la ingeniería y el desarrollo de prototipos que lo llevarán a conocer Alemania y la avanzada tecnología de este país europeo, los eventos bélicos mundiales de los años 30 y 40 del siglo pasado. Su carrera profesional le sirve para divulgar la calidad de los ingenieros japoneses a través de la aviación, misma que le ayuda a conocer a su prometida.
Siempre en constante aprendizaje de lo que hacía también en Italia el conde Giovanni Battista Caproni, Jiro es un recurso del director para homenajear a ese italiano pionero de la aviación, el cual aparece también varias veces en el filme. Si bien la personalidad de Jiro es tranquila, le es difícil abstraerse de la vorágine de la Segunda Guerra Mundial.
Jiro manifiesta una actitud que me agrada: creer en nosotros mismos. "Sólo si nos esforzamos podremos reducir la diferencia entre ellos (los alemanes) y nosotros, no serán 50 años los que no lleven de delantera, sino 10, luego 1". Y así fue, Japón es hoy un líder tecnológico tal vez adelante de Alemania. Todo esto no es una ficción, pues Jiro sí existió en la vida verdadera: fue el ingeniero aeronátuco Jiro Horikoshi, creador de muchos modelo de avión utilizados por el Japón imperial, cuya bandera aparece en el filme.
No todas las caricaturas japonesas son de seres mitológicos o robots. Las hay también basadas sobre seres humanos que narran eventos históricos.
Le asigno 4 palomitas de 5 posibles a esta película del 2013 del director japonés Hayao Miyazaki, uno de los fundadores del Studio Ghibli.
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