Philomena
Philomena es una anciana (Judi Dench) que busca encontrar a su hijo, al cual no ve desde hace medio siglo. Cuando era adolescente tuvo un embarazo no deseado y el bebé es dado en adopción por la institución religiosa en la cual fue internada.
Posteriormente, Philomena es contactada por el periodista y ex asesor oficial Martin Sixsmith (Steve Coogan), quien pasa de una indiferencia inicial al interés periodístico en el caso.
Tras la investigación en Irlanda y EUA, Martin y Philomena descubren que el hijo, Michael, llegó a ser un oficial en la administración de Reagan en los 80s.
El caso personal de Michael da lugar a pensar en un tema importante como el de las adopciones de miles de niños irlandeses sin autorización de sus madres. Entiendo la película como una crítica hacia las instituciones católicas que se prestaron y prestan a ello. Si bien el papel de Philomena es casi "budista" por su enorme paciencia y capacidad de perdón a los abusos de la monja que dirigía el instituto, el director usa al personaje de Martin para llegar al clímax verter el rechazo a estas prácticas, mas la monja no se arrepiente.
Mientra veía la película, no dejaba de pensar en las argentinas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que ya encontraron a más de 100 bebés, hoy hombres y mujeres, que fueron dados en adopción sin autorización de sus madres y padres biológicos tras ser encarcelados y/o asesinados por la dictadura cívico-militar en los 70s. Y siguen buscando a los que faltan.
Le asigno 4 de 5 palomitas posibles a esta película del 2013 Stephen Friers.
Posteriormente, Philomena es contactada por el periodista y ex asesor oficial Martin Sixsmith (Steve Coogan), quien pasa de una indiferencia inicial al interés periodístico en el caso.
Tras la investigación en Irlanda y EUA, Martin y Philomena descubren que el hijo, Michael, llegó a ser un oficial en la administración de Reagan en los 80s.
El caso personal de Michael da lugar a pensar en un tema importante como el de las adopciones de miles de niños irlandeses sin autorización de sus madres. Entiendo la película como una crítica hacia las instituciones católicas que se prestaron y prestan a ello. Si bien el papel de Philomena es casi "budista" por su enorme paciencia y capacidad de perdón a los abusos de la monja que dirigía el instituto, el director usa al personaje de Martin para llegar al clímax verter el rechazo a estas prácticas, mas la monja no se arrepiente.
Mientra veía la película, no dejaba de pensar en las argentinas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que ya encontraron a más de 100 bebés, hoy hombres y mujeres, que fueron dados en adopción sin autorización de sus madres y padres biológicos tras ser encarcelados y/o asesinados por la dictadura cívico-militar en los 70s. Y siguen buscando a los que faltan.
Le asigno 4 de 5 palomitas posibles a esta película del 2013 Stephen Friers.
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