Humboldt en México, la mirada del explorador.

No es una producción espectacular o que haya requerido un presupuesto millonario, sino más bien una película modesta tipo documental. La directora mexicana Ana Cruz decidió intercalar recreaciones de la vida del explorador alemán con opiniones de intelectuales de las vidas académicas mexicana y alemana.
Comienza la película con un Alexander von Humboldt que escribe sus memorias luego de tantos años de exploración en la actual Latinoamérica. Junto a su compañero de viaje, el francés Aimé Bonpland, recorre Venezuela, Cuba, Colombia, Perú, Ecuador, y posteriormente parte a México. Su pasión por la fauna, pero en especial por la botánica, le lleva a explorar la parte central de ese vasto territorio llamado Nueva España. Debió ser fascinante conocer América en esa época carente de contaminación visual y ambiental...y sin esa peste bubónica llamada reguetón.
Nunca le faltó dinero porque su posición social le permitió estudiar en buenos colegios y financiar sus viajes a América. Ello no le impidió ser sensible socialmente, ni tenerle miedo a la Revolución Francesa, de la que aprendió a ser analítico en su visión sobre el mundo. Consideró que México era el país con la peor distribución de la riqueza de todos los que conoció en América. Conoció bien la actual Ciudad de México, a la que denominó "Ciudad de los Palacios" y siempre anheló que las capas desfavorecidas económicamente pudiesen tener acceso a más y mejores servicios.
Sus estudios también abarcaron el campo arqueológico, ya que el "Calendario Azteca" y la escultura de Coatlicue fueron parte de sus observaciones. 

Las guerras mundiales que padeció Alemania en el siglo XX no destruyeron su extensa obra, en gran medida publicada en francés porque este idioma era la lengua de la ciencia en el siglo XIX, de otra manera se habrían perdido años de trabajo e investigación. El presidente Benito Juárez (segunda mitad del siglo XIX) le concedió la ciudadanía mexicana por sus grandes contribuciones al país.
La geografía nos une. En Venezuela he podido estar en parajes donde estuvo Humboldt, y en México también  Mi padre es del estado de Hidalgo, donde el explorador dibujó los prismas basálticos de Santa Ma. Regla y las formaciones rocosas tan peculiares de Actopan. Hoy asociamos tan insgine naturalista a Alemania, aunque más bien él era prusiano. ¿Por qué diablos no le ponemos "Humboldt" a algún municipio importante del país? Se lo merece. Es el tipo de proyectos que tengo pendientes para cuando llegue a la presidencia de México.
Alexander Holtmann hace el papel de Humboldt y David Psalmon representa a Bonpland en esta película del 2017. Nos comparten su opinión expertos como el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, Edelmira Linares y Jaime Labastida, entre otros.
Tal vez México aún tiene esperanza. Me pareció emotivo que la gente, alrededor de 20 personas en la sala, haya aplaudido al final de esta película que es un homenaje a la ciencia, a México y a un europeo que vino a aprender y compartir sus conocimientos, no a depredar.
Como ciudadano mexicano, utilizaré todos los medios posibles (legales y lícitos) para presionar al futuro presidente de México, López Obrador, para que se fortalezca el cine mexicano. De esa manera, este tipo de películas tendrán más proyecciones en más pantallas por más tiempo, en detrimento del cine yanqui, al cual ni queremos ni necesitamos. Primero la clase trabajadora, mi país y mi continente. Al último quienes nos han pisado económica y culturalmente. Otro cine es posible 
Nunca olvidemos que mediante el cine también nos colonizan, camaradas. ¡Más Humboldts, menos Hollywood!

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