Lamb

La madre de Ephraïm acaba de morir y su padre decide entregar al niño a su primo para que lo críe, pues no puede hacerse cargo de él. El único amigo que tiene Ephraïm es un cordero (de ahí el nombre de la película con la palabra inglesa "lamb") que lo acompaña como mascota y a la vez confidente.

Dado que el cambio de tareas en el hogar es muy fuerte, Ephraïm se encuentra más cómodo en la cocina que en las pesadas tareas agrícolas en la montaña, lo cual molesta a su tío. Salvo el cariño y la paciencia de la abuela, se siente como un invasor ante la falta de cariño de sus parientes, por lo que apela a su inteligencia y decide vender empanadas para juntar un poco de dinero. Con el tiempo, logra granjearse la amistad de su tía al relevarla de labores en la cocina. 

Cuando parece haber encontrado algo de luz en su vida, Ephraïm es acosado por una pandilla de niños en el pueblo al que tiene que bajar a vender sus productos. No sólo lo insultan, sino que le roban el dinero ganado. Poco a poco idea maneras de pasar desapercibido y juntar dinero que le servirá para regresar a su pueblo natal con el cordero, de ser posible.

Es impresionante cómo el machismo se preserva en países ricos o pobres, en ambientes urbanos o rurales. Aunque mi infancia la viví con mis padres, me vi reflejado en el protagonista de la película debido a algunos recuerdos familiares. Que Alá y nuestro señor Jesucristo protejan siempre a las abuelas, seres inolvidables cuando vierten su amor en nosotros. 

Le asigno 4.5 de 5 palomitas posibles a esta película del 2015 del director etíope Yared Zeleke. El actor Rediat Amare hace el papel de Ephraïm. 

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