"El aleph", de Jorge Luis Borges.


Al leer a Borges la mente viaja a mayor velocidad por ese afán suyo de crear un universo propio al que podemos regresar continuamente para deleitarnos con su escritura profunda y elegante. "Alef" es la primera letra del alfabeto hebreo, el cual es alfanumérico porque se le asigna también el valor de 1, el inicio. 

Tal vez esta colección, publicada en 1949, es la más famosa de los cuentos creados por la fascinante imaginación del escritor argentino, ambientados lo mismo en su época que en siglos anteriores. Nos lleva a develar historias extraordinarias propias de un mundo laberíntico como hace en "El Zahir". Toca temas como la locura, la muerte, el dolor, la eternidad.

El cuento que más me gustó fue "El Muerto" por sus referencias a mercenarios y marinos sudamericanos con batallas en Argentina 🇦🇷 y Uruguay 🇺🇾. Lleva el suspenso al máximo en lo que parece ser el inicio de un motín, pero al final el cazador es cazado. 

Cierra con un cuento que da título al libro, "El Aleph", una esfera pequeña, un punto imaginario "donde convergen todos los puntos" como una peculiar visión del mundo, un espacio donde caben todos los espacios, ahí en la casa de su amada Beatriz Viterbo.

Pareciese que los hitos literarios de Borges son insuperables, pues no ha vuelto a nacer otro igual. Si vemos todos los goles ⚽ de Maradona en YouTube, y escuchado todas las canciones 🎸de Charly García en Spotify, ¿por qué no leer 📚 todo lo escrito por Borges ahí en puntos donde converjan todos los puntos?

 216 págs. publicadas por Debolsillo.

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