In time - El precio del mañana


Es una película de ciencia ficción del director Andrew Niccol (Lord of War) filmada en 2011. Justin Timberlake representa a Will y Amanda Seyfried a Sylvia Weis.

En esta ambientación a mediados del siglo XXII, la humanidad ha sido dividida tajantemente por zonas geográficas para explotar más a la clase trabajadora en beneficio de una élite. Por una parte, los obreros viven en los barrios más pobres y tienen una esperanza de vida reducida, la cual se visualiza en un contador digital que llevan en su brazo; del otro lado, la oligarquía acumula mucho mucho más tiempo que el proletariado, llegando a sumar varios años o siglos de vida. En esos años, el tiempo es muy importante para las personas, puesto que al expirar se genera un infarto automáticamente.

La dominación de la clase poderosa sobre el tiempo le permite controlar la mano de obra barata y la sobrepoblación. Durante la película se ven varias personas muertas en las banquetas, a las cuales nadie les presta atención ya que son rápidamente sustituidas por otras. 

Un día, Will conoce en un bar a un rico quien, como los de su clase, puede vivir casi eternamente gracias a la gran cantidad de tiempo que tiene.  Lamentablemente para él, es chantajeado por una mafia dedicada a robarle el tiempo a los demás, pero termina siendo ayudado por Will. Poco antes de suicidarse, el rico le hereda su tiempo a Will como agradecimiento a que le salvó la vida.

Después de ver el dolor y las angustias que este injusto sistema ocasiona en la sociedad y las personas cercanas a él, Will se decide a luchar contra el sistema, por lo que ingresa a la zona más rica. Para la consecución de este objetivo, el héroe de la película sufre la persecución de las fuerzas policiales del sistema, ya que sus ideas se vuelven peligrosas para quienes detentan el poder.

Una de las frases que dice el padre de Sylvia, prácticamente dictador en esa sociedad, es muy ilustrativa de lo que sucede en muchos países en nuestros días: "vale la pena que muchos de ustedes mueran, para que nosotros vivamos bien".

Me gusta mucho el mensaje anarquista hacia el final de la película, donde Will y Sylvia se dedican a asaltar bancos para repartir el tiempo entre toda la gente, la cual trasciende las fronteras y opta por salir de la zona en la que había sido recluida por la oligarquía.

Creo que es la mejor película de Hollywood que he visto en muchos años. Nos pone a pensar que las rebeliones son justas cuando se trata de luchar contra condiciones sociales sumamente agrestes. Presenta algunos conceptos revolucionarios y marxistas muy útiles en estos años de crisis económica mundial.

Le otorgo 4.5 palomitas de 5 posibles.

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