El genocida

Heredero de una tradición franquista, férreo defensor de la privatización de empresas estatales, José María Aznar es coresponsable del desastre en Iraq. Al igual que Anthony Blair y George W. Bush, inició una guerra contra el pueblo de Iraq para saquearle sus recursos naturales desde 2003.

Hoy, en 2010, a 7 años de esos pretextos bastardos basados sólo en el lucro y la depredación, existen:
- millones de desplazados iraquíes que se han refugiado en países cercanos
- 1 millón de asesinados por las guerras
- miles de viudas y huérfanos
- miles de mujeres iraquíes violadas por los invasores y que han tenido que encontrar en la prostitución o el sucidio la solución a sus problemas
- un país a punto de fragmentarse
- un Iraq lleno de atentados, analfabetismo, secuestro, robos, etc.

Aznar vive protegido por el estado español, por el mismo Zapatero que ha sido renuente a que enfrente a la justicia por sus crímenes de guerra. Defenestrado por el uso miserable que hizo de la lucha contra la ETA previo a las elecciones del 2004, hoy su sonrisa es el cinismo del poder contra los pueblos.

Hoy, el genocida anteriormente mencionado fue increpado en una universidad en la que estudiantes le gritaron "criminal". Bajo el manto protector de varios guardaespaldas, de una justicia que sabe no lo tocará, Aznar, genocida por convicción les responde así a esos estudiantes españoles y a esos millones de desplazados, asesinados, viudas y huérfanos.

"Algunas personas no pueden vivir sin mí", ha dicho el genocida, refiriéndose a los estudiantes que lo increparon. Pudo haber pensado en uno de esos millones, que en efecto, gracias a él, ya no pueden vivir, y si viven, son vidas de mierda en lo que queda de Iraq.

Sin duda alguna, Aznar amplifica la palabra asco.