"La mujer rota", de Simone de Beauvoir.



La destreza de Beauvoir como escritora se nota en este libro de 1967 porque incluye 3 relatos escritos en diferente formato: "La edad de la discreción", como novela; "El monólogo", como su nombre lo dice, monólogo; y "La mujer rota", a manera de diario.

Las protagonistas son mujeres que llevan relaciones desgastadas con sus maridos y añoran épocas más felices del pasado. Ninguna fue forzada a emprender esos vínculos, pero con los años algunos de sus proyectos no se materializaron como lo habían deseado y han perdido el optimismo para emprenderlos. Son 3 mujeres no proletarias, de clase media alta, que no atinan a dar un "manazo en la mesa" para evolucionar y revolucionar las relaciones de pareja porque la costumbre "las devoró".

La parte titulada "La edad de la discreción" habla de la insatisfacción de una mujer madura con ciertos aspectos de su vida de pareja con su compañero André. Tampoco le agrada el camino independiente que ha tomado su hijo, Philippe, con algunas decisiones políticas y laborales ajenas a la perspectiva de ella.

"El monólogo" se enfoca en el análisis de una mujer ante su eventual divorcio y las consecuencias anímicas y económicas que le atraería. Marca lo injusto del sistema patriarcal con la frase: "los hombres se ayudan entre ellos", y de cómo algunas mujeres caen rendidas por pasión ante sus novios, quienes eventualmente se convirten en dominadores.

Me llamó la atención la pésima redacción de esta parte. ¿Por qué lo hizo con esa intención la escritora? Es sabido que es talentosa para la literatura. Se vuelve un tedio leer sin la puntuación adecuada.

La parte de "La mujer rota" trata de Monique, una mujer que se siente incómoda con su compañero de vida, pues dejó de tener conversaciones auténticas hace tiempo, con quien dejó de pasear porque el tiempo lo pasaba haciendo dinero. El tema es: ¿para qué seguir con alguien que no te hace sentir?

Lastimosamente, acepta la aventura de su marido con otra mujer, proceso en el que se amarga y degrada mentalmente al compararse a cada rato con la amante. Es inaceptable el cinismo con el que Maurice, el marido, le pide ser comprensiva.

Acostumbrada a la vida de madre, en cierto momento las hijas de Monique parten de casa al crecer. Queda fuera de foco, desconcertada porque tal vez no se preparó para esta separación natural entre madres e hijas que se casan. Al haber colocado el resto de su energía en un marido con amante, su mundo colapsa y sucumbe sicológicamente.

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La falta de amor propio para ejercer una medida radical que acabe con el dolor lleva a las protagonistas a caminar en círculos viciosos, sin solución, donde el dominador se fortalece.

Una mujer no debería ser abnegada porque verá postergados sus proyectos. Si no canaliza bien su molestia contra el patriarcado, entrará en un tobogán sórdido para "sentirse viva", aunque será sólo una fuga que la llevará a ser trágicamente "carne de colchón" para consumo de quienes nadan bien en las aguas de ese mismo patriarcado como dominadores consumados.

"La mujer rota" es una invitación al pensamiento y a la rebelión para que la sonrisa de la mujer se proyecte hacia dentro y hacia fuera, y no quede como la máscara de una mujer rota.

Liberaré el libro 📙 en algún establecimiento para que lo lea alguien más.

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