Tu nombre con la lluvia.



Escribiré tu nombre con la lluvia

y a la mañana siguiente,
tus iniciales le darán animación a un charco.
Antes de que te evapores,
beberán de ti las aves
y te llevarán a tu país, mío también.

Por eso,
cada vez que un ave bebe,
te pienso.

Por eso,
cada vez que llueve,
te escribo.


Por eso,
cada vez que sueño,
te conecto.
*

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