Tus pupilas se dilatan 1



Tus pupilas se dilatan al paso de mis dedos, ágiles, dulcemente atormentados por tus muslos...y resucitas nuevamente a tu octava vida con tu soberbia desenfrenada y cautivante...así las palabras se hilan, se entretejen antes de descargar tu esencia en la comisura de mis labios, trasciendes esta dimensión de sexy sacerdotisa como una moneda al vuelo, como un fantasma en duelo, y me convierto en hoces y martillos en la comuna de tus muslos, y tu intimidad inundando con tus sales mi rostro sin mínimo disimulo.



Mal crónico de repetición instantánea, para el cual no hay vacuna ni salida alguna, tu cabello, tus dientes, tus manos, me trasladan del esoterismo al erotismo, final de escena con moribunda sonrisa, noche de luna llena y tú, como bandera rojinegra, anarka y plena. Al final, luz y sombra en dos actos, el tercero añora. Sin vos no hay pacto, dulce señora. ¿Yo? Entre habanos, revueltas y lo mundano. Olores del recuerdo, pasajes aletargados de esta soledad tan excitada.

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