"La muchacha", de Dora Guerra.

   A través de las vivencias de una joven mexicana, se narra la explotación de las trabajadoras domésticas. En esta hay un fuerte componente racista porque se ejerce principalmente desde las clases media y alta contra personas que casi siempre son mujeres y que, en la mayoría de los casos, tienen marcados rasgos indígenas.

  Al provenir de comunidades pobres del interior del país o de barrios marginales de la ciudad, es raro que cuenten con amplios estudios en leyes. Eso lleva en muchas ocasiones a acusaciones absurdas contra ellas, todo tipo de acoso o incumplimientos en el pago, todo con el fin de cansar y terminar la relación laboral:

   - "A ella no le gusta que hable en mi idioma".

   - "Me deja en ridículo con las visitas".

   - "No le gusta mi forma de vestir".


  Cuando sucede la ruptura laboral, regresan a sus pueblos natales y se arrecia un choque cultural: suelen no adaptarse y se devuelven a la ciudad.

  La película no cuenta con grandes recursos técnicos, pero la fotografía estuvo a cargo de Emmanuel Lubezki, quien después tendría éxito en la industria cinematográfica mundial (premios Ariel, Óscar, BAFTA).

  Fueron 27 minutos de corto producidos en 1990.  

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