"Diez horas de caza", deJulio Verne

 

Bretignot invita al protagonista principal a cazar por vez primera, para lo cual le prestará arma y perros. El tipo se emociona mucho, a diferencia de la apatía de quien jamás había cazado.

A pesar de las múltiples advertencias sobre el uso del arma, al protagonista se le sale un tiro accidentalmente que por fortuna no mata a nadie. Camina a lado de los experimentados cazadores, pero no logra adquirir habilidad.

De pronto, se detiene y apunta hacia unas matas, dirigiendo el tiro hacia un borde plateado, pero es el tocado de un gendarme. La autoridad le exige una licencia, que no tiene; le confiscan el arma y regresa a casa entre el susto de casi haber matado a un gendarme.


El cuento es un mea culpa para invitar a les lectorxs a no cazar más.

44 páginas, traducidas por Cristian Tello de la Cruz.

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