La dictadura perfecta.
Esta sátira política del 2014 hace uso nuevamente del actor Damián Alcázar como el gobernador Carmelo Vargas, capaz de corromper todo en aras de mantenerse en el poder. Lo triste es que la realidad nacional y esta sátira están divididas por una línea sumamente delgada. Baste ver la participación del actor Tony Dalton haciendo el papel de un magnate de los medios de comunicación, cada vez más chantajistas en la toma de decisiones a nivel nacional. Otro ejemplo muy bueno del poder mediático es el abyecto manejo que se hace entre gobierno y medios del secuestro de unas gemelas: manipulación de las masas.
Quizá también es momento de que Estrada haga películas con una temática diferente. Si bien es entretenida, "La dictadura perfecta" vendría siendo una versión moderna de "La Ley de Herodes". Carmelo Vargas representa la vida política de un gobernador mexicano en el siglo XXI que no se detiene ante nada para lograr la presidencia de la república. No hay ninguna diferencia con aquel alcalde de San Pedro de los Saguaros que, tras corromper y corromperse, en los años 40s llega a ser presidente.
Le asigno unas 3.5 palomitas de 5 posibles, por ser prácticamente un plagio de sí mismo. El director es Luis Estrada. La actuación de Damián Alcázar es impecable como siempre.
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