The invention of the Jewish people



En la introducción, Shlomo Sand narra los vínculos de varias personas con Israel para resumirlas en su origen, independientemente de su nacionalidad, ideología y religión. Posteriormente, ahonda en el análisis de palabras como ethnos, pueblo, nación, nacionalismo para dar una explicación sobre cómo se fueron creando los estados-nación en Europa y sus relaciones con el idioma. Narra los debates al interior de la comunidad judía en países como Alemania y que sirvieron para gestar una identidad cultural. En la década de 1870 se les acusa de promover la decadencia económica alemana. 

Mientras aparece la figura histórica de Thedor Herzl en cuanto a la construcción del sionismo, cada vez más intelectuales y políticos judíos se basan en la Biblia como argumento para el regreso a la llamada "Tierra Prometida". Por ejemplo, el primer ministro Ben-Gurion utilizó la Biblia para reforzar la idea de identidad nacional, incluso afirmando que los hebreos nunca emigraron masivamente a Egipto y que habían permanecido en el país. Este tema da para profundizar el debate, porque también hay otros intelectuales que afirman lo contrario. Por otra parte, de la Biblia surgieron muchos nombres propios que fueron adoptados por personas que decidieron cambiarse los nombres que tenían, además de que sirvió como libro de texto a fin de forjar toda una cultura nacional. El cambio de nombre que sufrieron muchos poblados árabes tuvo el propósito de sentar las bases para las posteriores limpiezas étnicas realizadas por Israel: expulsión de los habitantes nativos e introducción de una población foránea. Así, la Biblia se consagró como el libro de texto del nuevo estado de Israel.


El tema del exilio es importante dentro de la tradición e historia del pueblo judío. El autor explica algunas incongruencias en las fechas de la salida de Egipto encabezada por Moisés, la imprecisión para saber dónde está exactamente el Monte Sinaí, además de que no hay vestigios que comprueben la supuesta presencia de Moisés y su pueblo en la península de Sinaí.  Por lo tanto, la propia figura de Moisés no está fuertemente sustentada con datos históricos.


Se dice que, ya en la era cristiana, los romanos deportaron poblaciones enteras. Ello es difícil de creer porque los romanos no contaban con medios de transporte masivos que facilitasen el traslado masivo de la gente, además de que preferían tener poblaciones cautivas a quienes cobrarles impuestos para mantenerlas campañas bélicas. El historiador romano Flavio Josefo habla de una revuelta zelota en Jerusalén en la que murieron, según él, 1 millón de personas, pero cálculos prudentes establece que esa ciudad no pasaba de 700,000 habs.


Sand hace un análisis sobre el reino de Jazaria, ubicado en Asia Central. Sus habitantes, costumbres, idiomas, son parte del estudio para comprender las diversas práctica
 religiosas en esa parte de Asia.Para él, la cultura yiddish fue predominante en el este de Europa en el grupo askenazí, mientras que los sefarditas se ubicaron más en Medio Oriente.

Este libro de Shlomo Sand hace una importante contribución, y a la vez desafío, sobre la creencias establecidas en torno al origen del pueblo judío.


332 páginas publicadas por Verso. Autor: Shlomo Sand. Traductora del hebreo al inglés: Yael Lotan. Le asigno 5 estrellas de 5 posibles.


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